Cómo preparar a su hijo para el Preescolar ?

Cómo preparar a su hijo para el Preescolar ?

Para el niño es todo un cambio. Significa dejar la protección y el abrigo del hogar, así como todo el amor y atención de sus padres y enfrentar un mundo en donde tendrá que compartir y enfrentarse a otras situaciones.

Para los padres no es menos complicado. Al fin y al cabo cuando su pequeño ingresa al jardín deben desprenderse de la luz de sus ojos y confiar su educación a otros. Sin embargo, de ellos depende que su bebé reciba apoyo y orientación para hacer menos traumático este paso, y que desarrolle la suficiente confianza para que no se sienta abandonado.

Un niño en edad preescolar, entre los tres y los cinco años, necesita grandes dosis de amor, poder explorar el mundo, recibir una disciplina clara y crear una buena interacción con otros niños y ambientes antes de ir al preescolar.

A diferencia de la instrucción que recibirá luego para su ingreso a la educación formal, la preparación para entrar al jardín debe ser más informal y conlleva una estimulación adecuada. Desde que nace y hasta los tres años el niño necesita lo que se denomina una buena mamá con quien pueda establecer su primer vínculo afectivo.

Este se logra a base de contactos frecuentes que implican gestos de amor e implantar ciertos límites. Por otra parte, todas aquellas personas que tengan contacto con el menor tienen el importante papel de hablarle desde los primeros meses de vida. Estudios recientes demuestran que el niño al cual se le habla desde muy pequeño, es más verbal e inteligente. Pero debe hacerse en un idioma claro y cotidiano, nunca a media lengua.

Para estimular su capacidad intelectual también es indicado crear el hábito de leerle cuentos desde la más tierna edad. Exponer a los niños a esta experiencia les sirve para su formación intelectual y sicológica.

Darles seguridad El ambiente en casa debe ser seguro. Por tal motivo hay que adecuar la casa de modo que no hayan objetos peligrosos que pongan en riesgo la integridad física del niño. De este modo no sólo está protegido sino que se le ayuda a ser independiente sin poner en peligro su vida.

Antes de los tres años es muy joven para enseñarle hábitos en la forma de vestirse y comer sólo. Hay que establecerle reglas claras y enseñarle poco a ser autónomo en esas tareas. Es todo un proceso en el que el niño necesita observar primero cómo actuar para luego hacerlo poco a poco. No hay que alarmarse si se pone unos pantalones amarillos con camisa roja, o si se coloca ésta al revés. Todo es parte del aprendizaje.

La disciplina desde el primer año hasta los tres es crucial por estas razones, para su preparación antes de ir al jardín. Si él ya entiende los límites, qué es adecuado y qué no, y además sabe buscar atención positiva, es decir, mediante actos buenos que demuestren que ya es disciplinado, es mucho lo que se habrá adelantado.

De este modo no tendrá traumatismos cuando ingrese al preescolar y vea otros niños que sí reciben y siguen instrucciones.

Deben aprender a compartir Existen algunas técnicas para reforzar comportamientos en los infantes, que a simple vista pueden parecer simples pero para el futuro de un niño son imprescindibles: hablarles, abrazarlos, jugar con ellos, sonreírles, halagarlos, darles privilegios especiales, son actitudes sencillas y aparentemente insignificantes que le dan al niño la certeza de que su comportamiento sí es el correcto.

Algo que se presenta con mucha frecuencia es la pataleta. Estas deben ser ignoradas por completo, incluso, es importante que ni siquiera se mire al niño. Así se le evitarán futuros sufrimientos, pues en el jardín no contará con nadie que le satisfaga todos sus caprichos.

Otras sugerencias útiles son:

  • Es esencial llevar el niño con frecuencia a parques y lugares de entretenimiento, así como a casas de parientes donde tenga contacto con otros pequeños. De ese modo empezará a compartir su juguetes y actividades.
  • Entre uno y tres años de edad, él se siente el centro del universo, así que es necesario que vaya entendiendo poco a poco que hay otras personas con las mismas necesidades suyas. De ahí la importancia de que no permanezca encerrado. Además el aire libre y el espacio le permiten desarrollar sus músculos y conocer más el mundo que le rodea.
  • Otro consejo esencial es transmitirle la seguridad de que mamá y papá jamás lo abandonarán. Al dejarlo en una casa diferente, o bien la su propia casa, es fundamental despedirse de él  ecirle que pronto volverán a acompañarlo. Nunca, así llore, los padres deben desaparecerse sin que el niño lo note, pues esto le crea una angustia de separación tremenda.
  • Cada niño es distinto en cuanto al tiempo que requiere para aceptar y soportar estar lejos de sus padres.
  • Antes de enviar el niño al plantel educativo que se ha escogido es recomendable llevarlo antes para que pueda conocerlo y familiarizarse con el jardín. A veces se hace necesario que los padres lo acompañen los primeros días hasta que se adapte y se sienta seguro en su nuevo hábitat.
  • Si se siguen estas indicaciones y se le brindan al menor todos los cuidados mencionados, a la hora de enviarlo al colegio este paso será menos traumático y más llevadero tanto para él como para sus padres.

 

AYUDELOS A SER INDEPENDIENTES.

Si quiere preparar a su hijo para tener éxito en el preescolar, ustedes deben estimularlo a:

  • Hablar y pensar correctamente utilizando un lenguaje rico en términos.
  • Explore el mundo junto con él, mostrándole objetos y situaciones tangibles a manera de ejemplos.
  • Enséñele a establecer buenas rutinas de aseo, vestido y horas de comer y dormir.
  • Estimule sus movimientos con ejercicios y juegos.
  • Ayúdele a establecer también una disciplina y a asumir ciertas responsabilidades que pueda cumplir.
  • Permita que socialice con otros niños y personas, guardando las debidas precauciones.
  • Ayúdele a comprobar que puede permanecer con otras personas distintas a sus padres y que también lo pueden cuidar bien.
  • Se debe crear un vínculo afectivo profundo entre padres e hijos. Esto es lo que finalmente les da seguridad emocional a los pequeños para continuar su aprendizaje lejos de papá y mamá.

 

Autor: ANNY DE ACEVEDO SICOLOGA

Tomado de Diario El Tiempo, Edición 12 de febrero 1999

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